En mi último post, compartí una pregunta que me hizo una actriz profesional, durante una reciente sesión de Dr Joe en Vivo, sobre asumir nuevos roles y personajes, y cómo eso puede afectar nuestro progreso en este trabajo. Si te perdiste la Parte I, donde examinamos la idea de que, en cierto sentido, todos somos actores realizando el viaje de un héroe en este plano de demostración en 3-D, puedes leerla aquí.
Hay muchas maneras de aplicar las facultades que usan los actores para crear y habitar un nuevo personaje para beneficiarnos en este trabajo. También podemos aprender a ser más conscientes de cómo estamos demasiado identificados con un personaje que ya no nos sirve... a fin de poder liberarnos de las formas habituales de ser.
Encarnar nuevos personajes
Los actores saben encarnar a sus personajes hasta tal punto que pueden realzar su propia personalidad. Y saben que eso requiere práctica. Tienen que aprender sus líneas. Tienen que entender la motivación de su personaje. Tienen que ensayar física y mentalmente sus acciones, pensamientos y sentimientos —como si fueran esa persona— hasta que lo dominan. Hasta que conocen a su nuevo personaje, por dentro y por fuera. Ellos conocen el guión en todos los aspectos, y a través de ese conocimiento, se convierten en ese personaje.
Así como los actores pueden usar su oficio para cambiarse a sí mismos, nosotros tambian podemos usar métodos similares para cambiar. Cada vez que podemos encarnar los sentimientos antes de vivir una nueva experiencia... cada vez que ensayamos mentalmente cómo actuaremos o nos sentiremos en un nuevo futuro... estamos usando los mismos "músculos" que usan los actores para habitar un nuevo personaje.
En mi libro, "Deja de ser tú", esbozo algunas preguntas abiertas, correspondientes al lóbulo frontal, que podemos hacernos para prepararnos para la nueva persona en la que nos estamos convirtiendo:
- ¿Cómo sería…?
- ¿Cuál es la mejor manera de ser…?
- ¿Que pasaría si yo fuera esta persona, viviendo en esta realidad?
- ¿A qué personaje histórico admiro y cuáles fueron sus rasgos admirables?
Con conciencia e intención, esto puede funcionar para nosotros de maneras realmente maravillosas. Cuanto más practicamos; cuanto más ensayamos; cuanto más cultivamos las emociones de nuestro nuevo futuro… más preparados estamos para una nueva experiencia; más preparados estamos para lo desconocido.
Desprenderse de viejos personajes
Por otro lado, nos puede surgir un problema si hemos ensayado un personaje y contado la “historia de nuestra vida” tantas veces, que nos hemos convertido en ese personaje. Nos identificamos con esa personalidad pasada —y con la realidad personal presente resultante— y ahora es difícil romper con ella.
Si nos volvemos inconscientes... si no tomamos decisiones activas... si no seleccionamos cuidadosamente quiénes queremos ser y quiénes no queremos ser... tenemos muchas posibilidades de volver una y otra vez a nuestro viejo yo familiar, a nuestros viejos personajes. Por eso, mientras contemplamos el nuevo "personaje" que estamos creando, también es importante hacernos este tipo de preguntas:
- ¿Cómo me comportaré cuando me enfrente a desafíos y obstáculos inevitables en este viaje?
- ¿Cómo me prepararé para la incomodidad de lo desconocido?
- ¿Qué aspectos de mi antigua personalidad —y de mi antigua realidad personal— tendré que superar para evolucionar y pasar de ser un protagonista a ser un héroe?
Se necesita energía y esfuerzo para mantenerse consciente de este proceso, especialmente cuando somos principiantes. Es un desafío incluso para los más experimentados de nosotros. Tengo un amigo, un actor exitoso y altamente calificado, que una vez me dijo que se había metido tanto en un personaje que le costaba dejarlo cuando ya no lo interpretaba profesionalmente. Había pasado años aprendiendo a convertirse en ese personaje, y le costó un gran esfuerzo desprenderse de él cuando regresó a su vida diaria.
Muchos de los que estamos en el proceso de cambio, hemos estado "practicando" nuestros "viejos personajes" durante mucho tiempo, probablemente mucho más de lo que un actor experimentado encarna un papel.
El punto es: si tienes dificultades para ser alguien que no seas "tú", es que eres muy bueno en el hábito de ser tú mismo, y es difícil ser otra persona.
Como en todos los aspectos de este trabajo, debemos ser pacientes y amables con nosotros mismos. Nos ha llevado algún tiempo convertirnos en el personaje que somos ahora. Y puede que nos lleve algún tiempo evolucionar más allá de ese personaje.
Caminar como si...
Es una maravilla que los actores puedan despojarse por completo de su personalidad para convertirse en otra persona. Sin embargo, con intención y práctica, nosotros también podemos desarrollar esta habilidad y usarla en nuestro beneficio.
Podemos desarrollar los músculos para el cambio y nuestro propio sentido de la neuroplasticidad convirtiéndonos en tantos personajes —personajes mejorados— como podamos. Y cuando lo estemos haciendo, recordemos que se trata de una actuación. Y tenemos mucho tiempo, cada día, para practicar asumir ese nuevo personaje, como actores en el escenario de nuestra propia realidad personal.
Podemos aprovechar el valor de cada uno de nuestros personajes, por lo que tenemos una percepción más amplia de la vida y podemos ver la realidad a través de muchos lentes y personajes diferentes. Y esa es una forma realmente inclusiva de vernos a nosotros mismos en el mundo.
Hace años, cuando desarrollé las Meditaciones Caminando, lo hice con estas facultades en mente: practicar mental y físicamente, ensayando, repitiendo y habitando una nueva forma de ser, habitando un nuevo yo. En la Parte III, revisaremos lo que significa “caminar como si lo fueras” y la importancia de practicar con los ojos abiertos.