En mi última publicación compartí con ustedes algunas preguntas que hemos recibido de personas, generalmente al principio de su práctica, sobre sueños y visiones extraños. En la Parte I de Abrir la Caja de Pandora, escribí sobre por qué surgen estas experiencias y las oportunidades que brindan.
Hoy voy a hablar de lo que sucede cuando cruzamos ese umbral del descubrimiento y nos enfrentamos a lo desconocido.
Para leer la Parte I de Abrir la Caja de Pandora, haz clic aquí.
Superar el cuerpo
A menudo hablamos, en este trabajo, de calmar al cuerpo y vencer la resistencia; de sentarse con la incomodidad el tiempo suficiente para descubrir lo que hay al otro lado. Cuando tenemos un sueño o una visión que nos hace sentir incómodos o temerosos, hay una fuerte inclinación a huir o abandonar.
Podrías ver esto como una respuesta habitual, otra forma en la que el cuerpo trata de despertar y provocar una reacción; una forma en la que trata de desviar nuestra energía hacia el pasado familiar o el futuro predecible.
Muchas veces, cuando estamos en un estado de sueño —donde el cuerpo está dormido, pero la mente está relajada y despierta— estamos en las ondas cerebrales theta. La puerta al subconsciente está abierta de par en par.
Piensa en theta como un estado muy hipnótico o sugestionable; un estado donde la información puede fluir fácilmente entrando y saliendo de nuestra mente subconsciente. Y con este fluir vienen recuerdos y vivencias que suelen tener una alta carga emocional. ¿Por qué? Porque eso es lo que está almacenado en el cuerpo, cuando ha sido condicionado para ser la mente.
Si cedemos al miedo durante estos acontecimientos tan cargados y reaccionamos con una emoción fuerte, eso es una respuesta condicionada. En un sentido muy real, estamos reaccionando de la misma manera que lo hacemos en la vida diaria. Estamos alimentando y alimentando los mismos patrones de reacción que nos mantienen en el pasado conocido, porque esas emociones son un registro del pasado.
Pero cuando entregamos nuestra energía al miedo... o a la reacción... o a la entidad que nos asusta, nunca llegamos a transformar esa energía en otra cosa.
A veces, estos sueños y visiones pueden cobrar vida propia, formando una relación parasitaria con nosotros. Esas entidades y formas de pensamiento cosechan nuestra energía y atención, haciéndose cada vez más grandes en nuestra imaginación y realidades emocionales. Interfieren con nuestra capacidad de superarlos.
Pero si podemos aprender a sentarnos con la incomodidad y superarla... si podemos abstenernos de juzgar la experiencia como "buena" o "mala"... se abre un mundo completamente nuevo para nosotros.
Aplicar lo que hemos aprendido
¿Cómo llegamos allí? A través de la disciplina y la práctica. Cuando estamos meditando y surge algo problemático o incómodo, nos sentamos y pasamos por ello. Miramos directamente a nuestras emociones y nos relajamos en ellas. Al superar los sentimientos que mantienen vivos los sueños en nuestras mentes, los dominamos.
Calmamos al cuerpo en el momento presente y dominamos sus hábitos y su fuerte condicionamiento emocional. Tarde o temprano, toda esa energía agitada se va a mover. Y cuando lo haga, la vamos a liberar, sacándola directamente del cuerpo.
Este es el momento donde finalmente nos liberamos de las emociones del pasado y de los mismos hábitos que nos mantienen atados a un mismo futuro. Y, con esa energía liberada, somos libres para crear una vida nueva y brillante.
Si el pasado familiar es lo conocido y el futuro predecible es lo conocido, entonces este momento —el generoso momento presente— es lo desconocido.
Lo Desconocido: la Sede de la Creatividad Ilimitada
Al igual que con todos los aspectos de nuestra práctica, el trabajo con los sueños es otra oportunidad para ser el científico de nuestras propia vida y hacer evolucionar nuestra experiencia. A medida que mejoramos en permanecer en estos diferentes estados de ondas cerebrales, especialmente en theta, descubriremos que tenemos sueños y visiones de un orden superior. Más lúcidos y más profundos, con emociones más elevadas.
Considerar nuestra vida y nuestra práctica como un experimento en constante evolución significa que interrogamos nuestra experiencia con vouluntad y honestidad. Toda la información es útil. Y podemos aprender de lo que surja.
La información más importante no se deriva del análisis de los sueños, sino de la comprensión de las emociones evocadas por el sueño, y del trabajo que necesitamos hacer para cambiar esas emociones durante nuestras meditaciones… cambiándonos a nosotros mismos.
Esa energía almacenada, nuestra “sombra” o yo oculto, tiene que surgir y salir. Y sale en todo tipo de formas interesantes e inusuales. A veces parece desfavorable, como la vida. Es importante recordar que no hay que juzgar ni analizar en exceso nada de esto. Tenemos que permanecer curiosos y abiertos. Y recordar, en última instancia, que tenemos el poder de crear nuestros sueños... así como tenemos el poder de crear nuestra realidad.
Realmente se reduce a esto. Las emociones son energía. Y la energía es frecuencia, derivada de nuestros pensamientos. Así que tenemos que transformar nuestros pensamientos y sentimientos, y transformar la energía de la frecuencia o la emoción de esos pensamientos. Cuando lo hagamos, nuestros sueños cambiarán. Y nuestra experiencia también cambiará.
Cuando dejemos de reaccionar de forma habitual, nuestras respuestas a los sueños no serán una barrera para el progreso. En cambio, serán una invitación a lo desconocido. Un portal al campo de las posibilidades infinitas y a otras dimensiones. Otra herramienta para la creación ilimitada.
No te pierdas más información sobre este tema en una próxima sesión de Dr Joe en Vivo. Para participar en estas conversaciones mensuales con Dr. Joe visita nuestra página Dr Joe en Vivo. Y para compartir tu propia experiencia sobre cruzar el umbral y el trabajo con los sueños, deja un comentario a continuación.