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Un Romance con el Futuro

Dr Joe Dispenza / 09 de septiembre de 2022

Romancing the Future

Estoy muy feliz y muy conmovido por la respuesta a mi última meditación, “Ama la Vida que Amas”. Desde que la compartimos por primera vez con nuestra comunidad hace poco más de un mes, se ha convertido en una de nuestras meditaciones más populares de todos los tiempos. Y quiero contarte más sobre la inspiración detrás de su creación, y por qué creo que resuena tan fuertemente entre aquellos que la han incorporado a su práctica.

Si lo piensas bien, el amor une. Nos une a los demás. Las relaciones sanas se basan en el amor. Y cuando sentimos amor en una relación, nos acercamos más al otro. En última instancia, cuando la conexión entre nosotros y aquellos a quienes amamos está en su estado más puro, nos unimos. Nos convertimos en uno.

De la misma manera, podemos enamorarnos de un futuras —una realidad futura; una experiencia futura— antes de que ocurra la experiencia real. Tenemos un romance con ese nuevo futuro; creamos un vínculo con él.

El amor es, en cierto sentido, el pegamento cósmico que une todo, hasta el nivel subatómico. Piensa en el amor como la fuente de energía que hace que los átomos bailen siguiendo un ritmo y patrones... hasta que la forma más estable de energía se convierte en materia. El amor conecta el tejido de todo lo físico y material en este universo tridimensional.


Crear desde el amor

El amor también es la esencia de la creación. Usamos el amor, en este trabajo, para conectarnos, vincularnos y unirnos con un futuro antes de tener la experiencia real. El amor es el motor mismo que impulsa nuestras intenciones para que se conviertan en realidad. Es por eso que nuestra comunidad trabaja para alcanzar el dominio de la coherencia cardíaca. Si vamos a creer en un futuro que estamos imaginando con todo nuestro corazón, este debe estar abierto, activado y ser coherente.

La forma en que hemos sido condicionados para crear en el mundo tridimensional de materia a materia es diferente a cuando creamos a partir de la fuente del amor puro. Y se necesita romper con algunos hábitos para llegar allí.

Nuestro condicionamiento es esperar que una experiencia externa en la realidad tridimensional produzca una emoción; un sentimiento que nos alivie de la separación o la falta de no tener la experiencia que buscamos. Todos hacemos esto. No tiene nada de malo. Esa es la regla del plano de demostración; el plano del hacer.

Comencemos por algo muy simple: la taza de café que tomas en el desayuno. Si es parte de tu ritual matutino, probablemente la esperes con ansias todos los días. Te anticipas al sentimiento de experimentar ese primer sorbo. Incluso antes de levantarte de la cama, ya estás vinculado emocionalmente a esa experiencia.

¿Y qué pasa? Tan pronto como te levantas, tienes el pensamiento de ese hecho, y esa inclinación automática te lleva a una elección inmediata, lo que conduce a un comportamiento programado. Y tu cuerpo sigue a tu mente directamente hasta esa experiencia, directamente a tu taza de café favorita en la mesada, y el resto es historia. Eso es porque estás prediciendo el sentimiento de la experiencia antes de que suceda. Estás creando la realidad.

Hacemos esto todo el tiempo cuando se trata de lo familiar. Podemos predecir el sentimiento de todos nuestras experiencias conocidas. De la misma manera que hemos practicado el vínculo y la recreación de lo conocido, podemos practicar vincularnos con una emoción de lo desconocido, con un un nuevo futuro, antes de que suceda.

Y realmente sentir esa emoción antes de la experiencia es muy importante, porque nuestra emoción es nuestra energía. Las emociones son energía en movimiento, y nuestro cuerpo sigue a nuestra mente directamente hasta esa experiencia desconocida, porque ahí es donde está nuestra atención. Ahí es donde está nuestra energía. Así como nuestra mente sigue al café —lo conocido— nuestro cuerpo también puede seguir a nuestra mente hasta lo desconocido.

Cualquier experiencia nueva que estemos creando —salud restaurada; una nueva relación; un trabajo soñado; riqueza abundante— debe proporcionarnos una profunda alegría por la existencia, un amor radiante por la vida, y una profunda y auténtica gratitud por el momento presente. Por eso tenemos que practicar sentir las emociones de la vida que estamos creando a diario, en lugar de practicar los sentimientos familiares y habituales conectados con nuestro pasado.


Suspender la incredulidad

Ahora bien, en el mundo 5-D, en el campo cuántico, creamos a partir de la fuente. Piensa en la fuente de energía como amor puro. Es unidad; es totalidad. No hay separación ni carencia. No hay dualidad.

En el mundo 5-D, todo está conectado. Cada pensamiento está conectado a cada uno de los otros pensamientos posibles, y cada pensamiento tiene una frecuencia. Eso significa que el pensamiento de lo que estamos creando produce, de hecho, la experiencia inmediata de tenerlo.

¿Por qué? Porque cuando nos sentimos la frecuencia de ese pensamiento, significa que estamos experimentando el hecho antes de que suceda.

En otras palabras, dado que el producto final de nuestra experiencia en la realidad tridimensional es la emoción, cuando podemos experimentar la sensación de la frecuencia en el mundo 3-D antes del hecho, entonces la emoción (o energía) realmente crea esa experiencia.

Sin embargo, para llegar allí, tenemos que suspender nuestra incredulidad y superar la hipnosis de nuestro condicionamiento.


Máxima entrega; posibilidad ilimitada

Es un proceso increíble de entrega; de confiar; de saber. Es un proceso de eliminar la duda sin concesiones. Tiene sentido que solo dudemos de nuestro nuevo futuro cuando nos sentimos conectados con las emociones familiares del pasado. Si, en cambio, sentimos las emociones del futuras todos los días, nos sentiremos conectados con ese futuro, y será más fácil creer más en él.

Y esos son los comentarios que recibimos de personas que se sienten conmovidas por "Ama la Vida que Amas". Eso es lo que veo en más y más testimonios de estudiantes en nuestros retiros. Llegan a un punto en el que simplemente dejan de dudar. Y cuando dejan de dudar, y empiezan a creer en su nueva vida, comienzan a comportarnos como si fuera posible, y finalmente se convierten en ella.

Vincularnos con ese futuro, tener un romance con ese futuro es mucho mejor que el hábito de cortejar el pasado. Nuestro romance con el pasado es solo una forma de reafirmar lo conocido. Porque nuestras emociones son nuestra energía, y nuestro hábito es regresar a los sentimientos familiares y crear más de lo mismo. La misma personalidad es la misma realidad personal.

Tener un romance con el futuro va en contra de todo lo que hemos aprendido en nuestro mundo tridimensional. Debemos romper con el hábito de crear de materia a materia —lo que hemos hecho toda nuestra vida— para permitir que ocurra algo más grandioso. Y eso requiere práctica constante. Es dar ese salto hacia la posibilidad ilimitada de crear desde la fuente. De crear desde el amor puro. De enamorarse de la vida… antes de que suceda.

Este es un proceso en el que tenemos que ser amables con nosotros mismos. Ser pacientes con nosotros mismos. Ser amorosos con nosotros mismos. Y aprender a confiar en lo desconocido.

¿Quieres practicar tener un romance con tu futuro? Prueba Ama la Vida que Amas.

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