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El Valor de la Incomodidad – Parte I

Dr. Joe Dispenza / 31 de enero de 2023

The Value of Discomfort – Part I

He estado pensando en una pregunta que me hacen mucho en este trabajo. Por lo general, es una versión de lo siguiente:

“Si estoy mejorando, ¿por qué a veces me siento tan incómodo?”

Con demasiada frecuencia, conectamos nuestros pensamientos sobre la curación —u otra reprogramación en la que estamos trabajando, como la abundancia o el cambio— con la idea de que nuestro progreso se mide solo en términos de comodidad y facilidad.

Pero si realmente vamos a entrar en el río del cambio, eso significa que tenemos que dejar atrás lo conocido. ¿Y qué es lo conocido? Lo familiar. Lo predecible. Lo habitual. Lo conocido nos resulta cómodo… incluso cuando se ha demostrado que no funciona.

En última instancia, emprender un camino de cambio significa que tenemos que dejar atrás nuestro viejo yo. A medida que cambiamos, continuamente nos despojamos de capas: pensamientos, sentimientos y comportamientos que ya no nos sirven. Es una muerte biológica: la muerte de nuestra vieja personalidad. Y eso solamente puede describirse como incómodo.

La versión resumida de la respuesta que doy a cualquiera que me pregunte dónde “encaja” la incomodidad en su práctica es esta: podemos sentirnos incómodos todo el tiempo.

Y hay capas y profundidades en lo que significa sentirse incómodo, y cómo debemos responder.

 

La incomodidad de la supervivencia

A veces, nos enfrentamos a la incomodidad de vivir en el estrés y la supervivencia. Algo nos ha puesto en alerta máxima: nuestro hijo está enfermo con una fiebre peligrosa. Nuestro cónyuge ha perdido su trabajo y la economía de nuestra familia está en peligro. Las aguas de la inundación están subiendo por nuestras calles.

En estos momentos, estamos en modo lucha-huida-paralización. Necesitamos enfocarnos, concentrarnos y usar nuestros instintos de supervivencia preprogramados para protegernos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos. Y, a corto plazo, eso es bueno, porque necesitamos más energía para responder a esas circunstancias.

En una ocasión, una mujer se me acercó en un retiro, avergonzada por su estado de ánimo. Su esposo había acudido a ella con una emergencia laboral que coincidía exactamente con su experiencia como abogada. Y así, mientras la mayoría de los asistentes al evento dormían —descansando sus cuerpos y mentes en preparación para la meditación matutina del día siguiente— ella había pasado la noche en vela escribiendo un correo electrónico para ayudar a su esposo a recibir el tratamiento adecuado y justo para su situación.

Para su familia, era una cuestión de supervivencia. Y cuando me lo contó, la tranquilicé: "hiciste exactamente lo que debías. Esas hormonas del estrés debían mantenerte despierta y excitada, porque necesitabas la energía para estar alerta, responder y llevarlo a cabo". Esas sustancias químicas son parte de nuestra biología por una razón. Nos dan la energía para "hacer algo" ante el problema en cuestión.

En este trabajo hablamos a menudo de salir del estado de supervivencia para poder crear. Pero eso no significa que el estado de supervivencia no nos sea útil, cuando la situación lo requiere. A veces, estos estados a corto plazo son esenciales para nuestro bienestar.

Este es un tipo de incomodidad destinado a llamar nuestra atención. Nuestro ritmo cardíaco y respiratorio cambian. Nuestro cuerpo produce las hormonas del estrés para movilizar energía. Todos los sistemas se ponen al servicio de la respuesta, para que podamos mantenernos a salvo. Hay momentos en que la supervivencia —y la incomodidad que la acompaña— es necesaria.

Distinguir entre reacción y respuesta

Si constantemente entramos en estados de supervivencia y estrés en nuestras vidas, se vuelve inadaptado, lo que conduce a la incomodidad de estar fuera de equilibrio todo el tiempo. Cuando eso ocurre, es un problema, y ​​experimentamos desequilibrios y enfermedades físicas, mentales, emocionales y químicas.

A medida que nos volvemos más hábiles en este trabajo y estamos más en sintonía con las señales de nuestro cuerpo, podemos aprender a distinguir entre los dos. Podemos comprender mejor cuándo reaccionamos por costumbre y cuándo respondemos por necesidad.

Y hay otro tipo de incomodidad que aprenderemos a reconocer a medida que profundicemos en el trabajo. La incomodidad que surge... porque estamos cambiando de verdad.

Hablaré sobre ese importante y necesario proceso en la Parte II.

 

 

Creemos en

la posibilidad

el poder de cambiarnos a nosotros mismos

la capacidad del cuerpo para sanar

lo poco común

celebrando la vida

milagros

un amor superior

el futuro

actitud

la evidencia

entre sí

Lo nunca visto

sabiduría

nuestros hijos

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libertad

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